7.11.11

INTERIORISMO - Estilo nórdico o escandinavo


Siguiendo con el repaso a los distintos estilos decorativos, hoy toca el estilo nórdico o escandinavo, que se ha convertido en uno de los más populares en los últimos y no sólo gracias a IKEA, aunque la cadena sueca, con sus diseños económicos y actuales, ha contribuido en gran medida a la difusión del diseño escandinavo a nivel internacional. 

Comúnmente se atribuye al pintor sueco Carl Larsson y a su esposa Karin Bergöö, ambos artistas y diseñadores de interiores a finales del siglo XIX y principios del XX, la creación del estilo escandinavo. Adelantándose a su tiempo, su casa, caracterizada por unos interiores muy luminosos, con colores cálidos y detalles sencillos, constituía un ejemplo totalmente diferente a la decoración victoriana y al estilo recargado de su época.



El estilo nórdico o escandinavo surge influenciado por el clima y la situación geográfica de Escandinavia, por los colores de sus paisajes y por las tradiciones locales. 

Los largos inviernos y la falta de luz natural en los países nórdicos crearon la necesidad de buscar interiores claros y espaciosos, que aprovecharan al máximo la luz disponible a través de techos altos, grandes ventanales y el uso de colores claros.





La paleta de colores se baja generalmente en tonos neutros, tanto para las paredes y suelos, como para los muebles: blancos, desde el crudo hasta el blanco más puro, beiges, tonos tierra, así como diferentes tonalidades de madera natural e incluso colores como el azul pálido, que recuerda a los cálidos días de verano. 







La decoración se basa en el uso de materiales naturales, como la piedra y la madera, que hacen de la vivienda un refugio inspirado en la naturaleza que les rodea. Los suelos suelen ser de parquet, con maderas de color claro o pintadas en blanco, o bien de baldosas antiguas. 





El mobiliario, también en tonos claros, suele ser de líneas simples y claras y, a veces, con un aspecto rústico y desgastado. Sin embargo, es habitual combinar piezas antiguas con otras de diseño más actual, lo que confiere a estos espacios un toque muy personal. Pero siempre buscando, ante todo, la comodidad y la funcionalidad





Los textiles, siguiendo esta misma línea, suelen ser de materiales naturales como el algodón o el lino. Los cojines y las alfombras son unos de los complementos más utilizados, por lo general, con diseños geométricos de cuadros o rayas en colores llamativos o estampados de pequeñas flores, que introducen el toque de color y contrastan con la armonía del resto de la composición. 

Los accesorios y pequeños detalles complementan la decoración, pero siempre de forma ordenada y sin recargar el espacio. Los espejos, de nuevo con el fin de aprovechar al máximo la luz natural, son uno de los objetos decorativos más frecuentes. Así mismo, otros elementos secundarios como lámparas, velas, flores o jarrones de porcelana o vidrio, constituyen un complemento fundamental a la decoración y transmiten una sensación de calidez e intimidad que se echa en falta en otros estilos más minimalistas o contemporáneos. 





Fotos vía: Delikatesen


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