Bajo la máxima de "menos es más", el minimalismo es una corriente artística que surge a mediados de los años 60 como reacción frente a la estética recargada del pop art, la cultura de masas y la sociedad de consumo, abogando por un arte de gran claridad, rigor conceptual y simplicidad.
En el ámbito de la arquitectura y el interiorismo, la principal característica del minimalismo es la ausencia de todo lo superfluo. Se trata de un estilo por definición simple, sobrio y sencillo, que confiere un gran predominio a los espacios arquitectónicos y a la luz por encima de cualquier accesorio decorativo. Como resultado, da lugar a espacios amplios y despejados, que buscan el equilibrio y la armonía a través de la mínima expresión.
En el ámbito de la arquitectura y el interiorismo, la principal característica del minimalismo es la ausencia de todo lo superfluo. Se trata de un estilo por definición simple, sobrio y sencillo, que confiere un gran predominio a los espacios arquitectónicos y a la luz por encima de cualquier accesorio decorativo. Como resultado, da lugar a espacios amplios y despejados, que buscan el equilibrio y la armonía a través de la mínima expresión.
Los ambientes de estilo minimalista cuentan con el mobiliario estrictamente necesario, prescindiendo de todo aquello que dificulta la visión del espacio. Los muebles se caracterizan por su extrema simplicidad, buscando, por encima de todo, la funcionalidad. Predominan las formas simples y depuradas y las formas geométricas, y materiales como el vidrio, el acero cromado, la piedra o la madera. La ausencia de ornamentos y florituras y la disposición ordenada confieren a estos espacios serenidad y sofisticación.
La elección de los colores también está sujeta a estas mismas premisas. Hay un absoluto predomino del blanco en paredes, suelos y techos, lo que confiere a los espacios una gran pureza y luminosidad. El mobiliario, por su parte, abarca un espectro que va desde el blanco y los tonos crudos hasta los tostados, los grises y el negro. La nota de color la aportan los contados detalles ornamentales que se introducen en el diseño, en tonos puros y brillantes como el rojo o el verde; si bien, el contraste entre el blanco y el negro constituye la combinación más dogmática.
Estas características lo convierten en un estilo ideal para espacios modernos y actuales.
Fotos vía: Minimalisti
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