El estilo Shabby Chic es una creación de la decoradora estadounidense Rachel Ashwell y tiene su origen en las grandes casas de campo de Gran Bretaña, que se decoraban con muebles de segunda mano, usado y desgastados, que eran adquiridos en los llamados "mercados de pulgas", dando lugar a espacios con cierto aspecto decadente pero de buen gusto.
Su nombre proviene de la unión de dos términos aparentemente opuestos: a la palabra shabby, que quiere decir "desaliñado" o "deteriorado", se le añade el término chic, que neutraliza las connotaciones negativas del primero, para hacer referencia a un estilo que confiere a lo antiguo la categoría de elegancia y distinción.
La esencia del estilo Shabby Chic radica, por tanto, en la restauración y reutilización de muebles antiguos y objetos de las formas más clásicas (como lámparas de araña o de lágrimas de cristal tallado, baúles de madera, candelabros, teteras y tazas de porcelana, etc.), que se reinventan gracias a nuevos colores y acabados, confiriéndoles un aspecto elegante y actual. Las flores, por su parte, también están muy presentes en este tipo de decoración, tanto en ramilletes de flor seca o natural, como en los delicados estampados de tapicerías y cortinas o en los detalles decorativos de molduras y cuadros.
Así mismo, este estilo se distingue especialmente por el uso de una paleta de colores neutros y sin estridencias, con un claro predominio del color blanco (especialmente blanco roto) en paredes y muebles, que se complementa con el uso de los tonos pastel más suaves (rosa palo, verde agua, beis, hueso, arena, gris, ceniza, lila...), reservados principalmente para los detalles decorativos.
Es, por consiguiente, un estilo dulce y acogedor, que se basa en la idea de que cada objeto tiene una historia que contar, así como en su conexión con el pasado.
Fotos vía: Rachel Ashwell
¡Enhorabuena por la iniciativa!¡Ahora, a hacer contactos!
ResponderEliminarSiempre me decís que no os escribo, ni os visito ni nada, ¡y no es verdad!
Ya lo hemos comentado, pero insisto, os estáis centrando en espacios grandes, supongo que por preferencia, un formato que es una utopía para buena parte de nuestra generación, que se está viendo obligada a mudarse con poco más que una caja de zapatos por equipaje, entrando y saliendo de espacios mínimos.
Reivindico que les dediquéis un momento, dándole un poco más de actualidad a la problemática y pensando en vuestros amigos, que siguen intentando encajar los muebles suecos en el salón de los "pinipón".
Un abrazo.